¿Qué es el gas radón?
El radón es un gas de origen natural. No tiene olor, color ni sabor.
El radón se produce a partir de la desintegración radiactiva natural del uranio, que
está presente de forma natural en suelos y rocas. Tiende a concentrarse en interiores, como en
viviendas, escuelas y lugares de trabajo. Al respirar e inhalar esas partículas, estas se depositan en las células que recubren las vías respiratorias, donde pueden dañar el ADN y provocar cáncer de pulmón.
Exposiciones prolongadas a radón pueden producir cáncer de pulmón debido a la radiación alfa que emiten sus descendientes en su desintegración.
Implicaciones para la salud
Se estima que la proporción de los casos de
cáncer de pulmón a nivel nacional atribuibles al radón con respecto al total es de un 10%, por lo que todos los años
fallecen en España a causa del gas radón por cáncer de pulmón más de 1.000 personas, más fallecidos que los que se producen en accidentes de tráfico. Si la persona que vive en un ambiente con gas radón es fumadora, además se multiplica la posibilidad de contraer cáncer de pulmón.
Fuentes de radón
Las concentraciones de radón son muy variables en toda España, pero generalmente
son más altas en áreas donde existe una alta concentración de uranio en la roca madre y en el suelo subyacente, fundamentalmente en el Oeste peninsular. El radón
se encuentra en todas las casas, pero los niveles de concentración varían de una casa a otra, incluso si son similares y aunque estén pegadas.
La fuente más común de radón es el suelo de debajo de su casa. El radón puede penetrar a una vivienda donde encuentra una abertura en contacto con el suelo: fisuras y grietas en suelos o en cimientos y losas, rendijas en juntas de construcción, huecos alrededor de las conducciones de servicio y desagües, cámaras y cavidades dentro de las paredes y conductos del agua,...
Otra fuente de Radón menos frecuente puede ser
el agua potable. El radón en el agua generalmente se origina en los pozos de agua que se perforan en el suelo que contiene gas radón. Estos pozos con Radón potencial pueden ser pozos de agua privados o pozos que son utilizados por un sistema público de suministro de agua.
En casos muy raros, los materiales de construcción pueden contribuir a altas concentraciones de radón. El granito utilizado para producir productos comerciales, como encimeras, puede contener cantidades variables de uranio. Algunos granitos pueden contener más uranio natural que otros y, por lo tanto, posiblemente muestran niveles de emisión de radón más altos de lo esperado, sin embargo, en la gran mayoría de los casos,
no se espera que estos niveles sean significativos..
Medición de los niveles de radón
Los niveles de radón en cualquier edificio cambian significativamente con el tiempo. Pueden subir y bajar de una hora a otra, o de un día a otro y estacionalmente también.
Las concentraciones de radón suelen ser más altas en invierno que en verano, y generalmente son
más altas por la noche que durante el día. Esto se debe al cierre de los edificios (para conservar energía) y al cierre de puertas y ventana y al apagado de los equipos de renovación de aire por la noche. Por esta razón,
las mediciones tomadas durante un período de tiempo más largo son más precisas y representativas por cuanto tienen en consideración las variaciones puntuales que suceden al medir el radón.
Para proporcionar una estimación realista de la exposición al radón de los ocupantes, todas las mediciones se deben realizar en el área de ocupación normal del nivel de estancia más baja (sótanos, plantas bajas y primeras plantas), definiéndose este área de ocupación normal, como cualquier área ocupada por las personas más habitualmente.
Existen diferentes tipologías de medición en función del objetivo perseguido, de corto plazo (15 días) a largo plazo (1 año).
Existen mediciones en continuo electrónicas obteniéndose espectrometría alfa o por métodos pasivos que obtienen una medición media integrada.
Existen a su vez mediciones para el interior, para exterior o para el propio terreno.
Reducción de la cantidad de radón
El límite de radón que se establece para los hogares en el marco de normativa de la UE es de 300 Bq/m3. Los niveles de radón se podrían reducir por debajo de 100 Bq/m3 en gran parte de los casos en edificios ya construidos.
Los lugares de trabajo tienen también el nivel límite en 300 Bq/m3, según estable el RD 1029/2022.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda niveles inferiores a 100 Bq/m3 que se pueden conseguir por medio de diferentes técnicas de reducción de los niveles de radón en edificios ya existentes, dependiendo de ciertos factores a tener en cuenta.
Un método efectivo es la Despresurización Activa del Suelo, que básicamente es una bomba que extrae el aire con radón del subsuelo antes de que entre en la vivienda, eliminando el problema antes de tenerlo en el interior.
Otro método efectivo son los intercambiadores de calor aire/aire se muestran como una solución económica y satisfactoria cuando las concentraciones de Radón.
La ventilación natural es una medida válida pero su efectividad es limitada por cuanto hay días en los que la climatología adversa impide su uso por viento, frío o calor.